¿CUÁNTOS GAYS MEXICANOS HAN MUERTO POR SIDA? *
Por: Luis Manuel Arellano
Hace 30 años se diagnosticaron los primeros casos de Sida en México; desde entonces la enfermedad está concentrada en la población homosexual, provocando miles de muertes. Y aunque conocemos amigos, familiares o parejas que fallecieron a consecuencia del Sida, no parece importarle a nadie cuántos gays han fallecido a causa de esta epidemia.
Hace 30 años se diagnosticaron los primeros casos de Sida en México; desde entonces la enfermedad está concentrada en la población homosexual, provocando miles de muertes. Y aunque conocemos amigos, familiares o parejas que fallecieron a consecuencia del Sida, no parece importarle a nadie cuántos gays han fallecido a causa de esta epidemia.
Yo me propongo contestar la pregunta. Asumo el reto de hacerlo desde una aproximación personal, aunque sustentada en la interpretación de los datos disponibles, incompletos por cierto, porque al no existir un registro certero de las personas que viven con VIH es mucho más difícil saber quiénes han perdido la vida a consecuencia de la infección. El contexto que ha dificultado saberlo se explica en los siguientes hechos:
1.- El sistema nacional de registro epidemiológico es deficiente, no solo para VIH sino para muchos problemas de salud pública. Todo se construye en base a estimaciones.
2.- El Registro Nacional de Casos de Sida no explica, en los casos documentados, cuántos hombres y cuántas mujeres han perdido la vida por esta causa, de tal forma que solo aparecen los números totales.
3.- Los datos están disponibles a partir de 1990; no hay información de 1983 a 1989.
4.- Miles de personas con VIH rechazan la prueba de detección y por ello quedan fuera de la estadística, lo cual redimensiona el universo de personas afectadas (vivas y muertas).
5.- Muchos pacientes suspenden tratamiento y fallecen sin que los servicios especializados tengan conocimiento, por lo cual tampoco se notifican los decesos.
6.- En varias etapas de la epidemia familiares y allegados al fallecido han solicitado que en el acta de defunción no se consigne al Sida como la enfermedad que le segó la vida.
7.- Otro porcentaje de personas muere sin saber que vivían con VIH/Sida (esto es particularmente recurrente en centros penitenciarios, en ámbitos rurales, en migrantes indocumentados, en personas en situación de calle o con problemas de adicciones).
8.- Ante de finalizar la década de los años 90, una decisión del gobierno federal en materia de suministro de antirretrovirales dejó fuera a los hombres homosexuales de los primeros tratamientos, que se canalizaron a mujeres y niños. Es decir, la población más afectada tardó en recibir tratamiento antirretroviral por una política de exclusión conocida como el síndrome Titánic, por aquello de que “las mujeres y los niños primero”. En el 2003 se les incorporó, ya sin restricciones.
9.- La cobertura gubernamental de tratamiento para personas sin seguridad social (vía Seguro Popular) no incluye la hospitalización, que es costosa, por lo cual numerosos pacientes con fase aguda de Sida se quedan sin ese servicio y en consecuencia llegan a perder la vida. Estos casos tampoco se notifican.
De acuerdo al Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/Sida (CENSIDA), la relación de muertes documentadas es la siguiente: 1990-1,503; 1991-2022; 1992-2,555; 1993-3,164; 1994-3,518; 1995-4,036; 1996-4,373; 1997-4,201; 1998-4,100; 1999-4,204; 2000-4,219; 2001-4,324; 2002-4,479; 2003-4,615; 2004-4,723; 2005-4,654; 2006-4,949; 2007-5,099; 2008-5,189; 2009-5,121; 2010-4,860; 2011-5,043; y 2012-4,737 (preliminar al 3er semestre).
La suma de estos números es de 95, 688. Tomando en cuenta que falta por contabilizarse un trimestre en el 2012, y dado que en los últimos años la estimación es de unos 5 mil decesos anuales, se puede adjudicar para este 2013 otros 5 mil casos, lo cual arroja un total de 100 mil muertes por Sida entre 1990 y 2013. Quedan sin registro oficial los primeros 7 años de la epidemia y también la población anónima que perdió la vida en ese lapso.
Si la estimación actual del CENSIDA es que hay en el país unas 90 mil personas que desconocen su condición serológica al VIH, es posible dimensionar que también son miles las personas fallecidas por Sida no contenidas en el reporte oficial.
Dicho lo anterior, una primera aproximación, en la lectura que yo realizo con la información disponible y la proyección de lo que no se notifica, me permite estimar que han fallecido en el país al menos 150 mil personas a consecuencia del Sida.
¿Y cuántos de ellos eran gays? De acuerdo al CENSIDA, en el histórico de casos acumulados el 82% corresponde a población masculina.
Epidemiológicamente, CENSIDA separa los casos de VIH y los casos de Sida y los presenta acumulados, es decir, incluyendo vivos y muertos. Si sumamos estas cifras, tenemos acumulados (vivos y muertos, con VIH y con Sida), un total de 213, 822 casos documentados en estos 30 años de epidemia. De éstos, 171 mil 475 son hombres y 42, 347 mujeres. No obstante, antes de hacer una interpretación de esa numeralia es importante precisar que el crecimiento de casos en mujeres se ha presentado en los últimos años, de tal manera que los primeros casos se concentraron en la población gay, después en hombres bisexuales y posteriormente en mujeres y de manera creciente también en los últimos años en mujeres trans. Aunque existe registro de hombres heterosexuales, éstos son pocos comparados con las demás poblaciones afectadas.
Desde mi lectura e interpretación de los datos disponibles y también de los estimados, incluyendo a los hombres que aun teniendo sexo con hombres no se hayan identificado o aceptado como homosexuales, estimo que han muerto unos 120 mil gays en estos primeros 30 años de epidemia.
Saber cuántos gays han perdido la vida en este contexto es urgente e importante para dimensionar el daño provocado por el VIH en el colectivo. Se trata de un saldo elevado, incluso puede decirse que dramático. Esta es mi conclusión y la pongo a debate.
* Publicado el 5 de diciembre de 2013 en: https://www.facebook.com/pensar.el.sida