Esclarecen asesinato de joven gay
Antonio Medina
La colaboración de miembros de la comunidad gay y de la Comisión Ciudadana Contra Crímenes de Odio por Homofobia (CCCCOH) con la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF) posibilitó la captura del asesino de un joven gay en diciembre pasado. En particular, la presión que ejerció la CCCCOH fue lo que dio celeridad al caso.
En un hotel de la colonia Roma, el 8 de diciembre pasado, fue hallado sin vida Esteban, joven de 18 años, con evidentes marcas de sadismo. Las evidencias descartaban al robo como el motivo de la agresión.
Fernando, uno de los amigos de Esteban (cambiamos el nombre real a petición de los familiares), fue el primero en enterarse. Entre sus pertenencias, Esteban tenía una tarjeta de presentación suya. “Luego de dos días de no saber nada de él –comenta Fernando a Letra S— recibí una llamada de la policía para identificar un cuerpo en el forense. Me asusté mucho, por lo que le pedí a mi tío que me acompañara. Al ver el cuerpo constaté mis sospechas: era Esteban”.
Como era su costumbre, Fernando, Ulises, René y Esteban habían ido a la disco en noche de viernes. Luego de recorrer varios lugares, a las tres de la mañana el grupo de amigos decidió retirarse a sus casas, pero Esteban prefirió quedarse con aquel hombre con quien estuvo casi toda la noche platicando. Era la última vez que lo verían con vida. “Nos asustamos mucho de saber que nuestro amigo había perdido la vida en un acto de violencia”, recuerda René, y añade: “lo peor es saber que estuvimos conviviendo con quien sería, como se confirmó después, su victimario”.
Esteban era el segundo de dos hijos de una familia de padres divorciados. Desde hace dos años vivía sólo con su madre, con quien compartía todo y mantenía buena relación. Días antes de su muerte hacía planes para estudiar actuación; profesión que anhelaba realizar desde que era niño. “Era un muchacho tranquilo, muy ocurrente y sociable; tenía un ángel muy especial; mi hijo era de buenos sentimientos”, comenta su madre a Letra S, días después de la captura del asesino de su hijo.
A pesar del temor y la profunda tristeza de los jóvenes por la pérdida de su amigo, se dieron a la tarea de investigar mayores datos del hombre con quien Esteban se había ido aquella madrugada. La sorpresa que se llevaron fue mayúscula al toparse en el mismo lugar, tres días después del asesinato, con el hombre con quien se había quedado Esteban esa noche. Estaba sentado, tomando una cerveza y ligándose a otro jovencito. “De inmediato fuimos a comprar una cámara instantánea y entre el baile y las luces nos tomamos fotos a modo de que él saliera y pudiéramos identificarlo como el presunto asesino de nuestro amigo”, comenta René aún perturbado. Pero antes de presentarse ante las autoridades judiciales, decidieron buscar apoyo, fue así como contactaron a Arturo Díaz Betancourt, coordinador de la CCCCOH, quien convencido por la experiencia de que los primeros quince días son definitivos para atrapar a los asesinos, de inmediato se puso a la disposición de la mamá de Esteban solicitándole que diera la coadyuvancía del caso a los abogados de la Comisión, con el fin de verificar que los trámites judiciales y legales se llevaran de manera rápida y eficaz por parte de las autoridades. La intervención de la Comisión Ciudadana agilizó todo. No sólo logró que el caso se trasladara a la Fiscalía Especial de Homicidios de la PGJDF, sino que convenció a varios de los testigos para que acudieran a declarar, y recabó información y pistas que ayudaran al fiscal a proceder de manera rápida. Además se consiguió la intervención del Área de Apoyo a Víctimas del Delito de la misma Procuraduría, que brindó asesoría legal y apoyo psicológico a los amigos de Esteban.
Gracias a esta colaboración, el miércoles 19 de diciembre, Ricardo Camacho Gómez, estudiante de Arquitectura, fue finalmente capturado y consignado ese mismo día luego de haber confesado su crimen. En opinión de Arturo Díaz, el esclarecimiento de este asesinato y la aplicación expedita de la justicia, se debió a la conjunción de varios elementos: la determinación de los amigos de Esteban; la voluntad mostrada por el fiscal de homicidios de la PGJDF, Guillermo Zayas; y la intervención de la CCCCOH en el seguimiento y asesoría legal.
“Si encontráramos esta misma disposición de colaboración por parte de amigos y familiares de otras víctimas, como el caso del sociólogo Francisco Gómezjara -quien fue asesinado de manera similar a Esteban-, ya tendríamos más culpables en la cárcel”, concluyó Arturo Díaz.
Desde 1995, la CCCCOH ha registrado 213 asesinatos de homosexuales y lesbianas. Pero por el prejuicio homofóbico de las autoridades policiacas, que califican de “crímenes pasionales” a los crímenes de odio contra homosexuales, ninguno ha sido esclarecido. Por ello –con todo lo doloroso que resulta la pérdida de una vida–, la captura del asesino de Esteban representa, sin duda, un logro y una experiencia importante para la comunidad gay del país.