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Embarazo y VIH, detectar a tiempo

Embarazo y VIH, detectar a tiempo

Antonio Medina
ls-ciguena

Por lo menos, cuatro de cada 10 mil mujeres embarazadas podrían estar infectadas por el VIH, pero sólo 25 por ciento de ellas se detectan a tiempo para poder recibir tratamiento y evitar la transmisión del virus a sus bebés, informó en entrevista a Letra S el doctor Javier Ortiz Ibarra, jefe del Departamento de Infectología e Inmunología del Instituto Nacional de Perinatología (INP).

Una mujer en esas condiciones tiene actualmente altas probabilidades de dar a luz a un bebé sano, libre de infección por VIH, y aunque el costo del tratamiento es muy elevado, las autoridades de Salud han establecido la política de proporcionarlo de manera gratuita a toda mujer embarazada que resulta positiva al VIH. El problema es que muchas de esas mujeres carecen de información y no tienen acceso a la prueba de detección del VIH, por lo que siguen existiendo muchos casos de transmisión perinatal que podrían evitarse. En declaraciones a otro diario, el doctor Ortiz Ibarra afirmó que la mayoría de esos casos se dan en hospitales de ginecobstetricia del IMSS, del ISSSTE y de la Secretaría de Salud (El Heraldo, febrero 26). Por ello, el médico indicó a Letra S la necesidad de “tener la prueba disponible en todos los hospitales e invitar a las mujeres embarazadas a que se hagan el examen”. Sin embargo, una medida de ese tipo tiene un costo muy elevado. En este país, afirma el especialista, “tenemos 2 millones de nacimientos al año y no hay fondos para realizar un escrutinio general”. Aún así, el jefe de Infectología del INP manifestó la necesidad de abrir la prueba de detección, con apoyo de personal capacitado, para identificar a más mujeres embarazadas seropositivas y poderles ofrecer el tratamiento, porque “si el costo es elevado el beneficio es mucho mayor”, adujo.

Al Instituto Nacional de Perinatología llegan mujeres embarazadas y con VIH, por lo regular de escasos recursos, que son referidas por otras instituciones de Salud, donde reciben una atención integral, que consiste en una terapia dual (de dos medicamentos) o altamente activa (de tres o más medicamentos); cesárea (para evitar los altos riesgos de transmisión del virus al bebé durante el parto); y la sustitución de la leche materna por un sucedáneo (ya que el virus también puede transmitirse por esa vía). El doctor Ortiz Ibarra informó que de 1998 a la fecha se han atendido a poco más de 100 mujeres embarazadas y con VIH, de las cuales 90 han tenido a sus bebés libres de VIH, 7 están siendo atendidas y 3 sí contagiaron a sus bebés debido a que ingresaron con embarazos muy avanzados.

Este Programa de Atención Integral a la mujer embarazada con VIH está integrado por una serie de instituciones: el Fonsida, que proporciona los medicamentos; la atención obstétrica la ofrece el INP; y el apoyo económico, de lactancia y de otro tipo lo dan organizaciones altruistas como las Damas voluntarias del propio INP y la Asociación Mexicana de la Orden de Malta (AMOM), que dirige José Barroso Chávez.

“Salvador” Barroso Chávez

A propósito de Barroso Chávez, el pasado 21 de febrero dio a conocer en el Club de Industriales de México, el programa “Salva a un niño del sida”, labor que tiene como propósito “que los niños de madres infectadas por el VIH no sean abortados y nazcan libres de sida”. En conferencia de prensa, informó que gracias a los apoyos para tratamientos médicos y quirúrgicos que su organización ha donado se ha logrado salvar a 12 niños del sida.

Cabe recordar que cuando fue presidente de la Cruz Roja Mexicana, José Barroso Chávez realizó una furibunda campaña contra la promoción del condón para prevenir el VIH/sida. En repetidas ocasiones aseguró, sin fundamento alguno, que el látex no era confiable, que fallaba en más de 60 por ciento, e hizo esfuerzos conjuntos con la jerarquía católica para moralizar la epidemia. Poco solidario con las personas afectadas, llegó a afirmar que “si se mueren 10 mil personas de sida, pero hay un millón que están enfermas de males respiratorios o digestivos, yo creo que es mucho más importante ayudar al millón que a 10 mil”.

Por eso sorprendió encontrarlo junto a una madre portadora del VIH con su bebé en brazos, convertido en activo gestor de recursos para la causa. Ahora intenta cambiar su imagen por una más redituable: la de “salvador” de víctimas inocentes del sida. Pero el moralizador Barroso llega tarde, existe ya un programa gubernamental para evitar la transmisión perinatal del VIH, y él lo sabe. Su organización está apoyando, no con medicamentos, sino con recursos, a 15 mujeres embarazadas para que no dejen de atenderse por razones económicas. Y para ello, su organización millonaria ha destinado 250 mil pesos.

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